“No paramos hasta que
el tango se ponga de moda” dice uno de los spots publicitarios de un ciclo de conciertos realizado por el Alan Haksten Grupp. Podemos decir que
en esa frase tenemos resuelta la postura del grupo.
Recuerdo que hace algunos años Josefina Rozenwasser –quien hoy es la cantante- me puso en contacto
con Alan, joven músico que en aquel entonces estaba terminando de formar lo que
serían los inicios de la formación. Debo reconocer que en ese momento no era
tan consciente de lo importante que es una unión de generaciones jóvenes que
crean tango, pero una vez que tomé contacto con el material que el grupo
preparaba pude saber qué podía ocurrir con eso.
Además de ser un gran compositor de melodías que resultan novedosas
y sencillas, entre las que se destacan “Tormento”,
“El tiempo después” y el
extraordinario “Precipicio”, Alan
logra una calidad de arreglos excepcional. Arreglos que van desde la fuerza
heredada del estilo Pugliese, la ternura y el misterio de Gobbi y el beat y la juventud propias que hacen una
combinación muy necesaria en un tiempo en que abundan los retrógrados
orgullosos.
Además de los temas instrumentales, la orquesta cuenta con
temas cantados; “Qué le pasa a la
ciudad”, “El espejo” y un tema
que impacta y que se contagia como un perfume pegajoso, “Retorno”. Estos dos últimos son composiciones del contrabajista
del grupo, Alejandro Abbonizio quien
cuenta con una acertada lapicera (por no decir pluma) a la hora de escribir
canciones.
Además de los integrantes mencionados, el grupo cuenta con Aldana Bozzo y Nicolás Codega en fueyes, María
Florencia Prieto y Tomas Quindi en violines, Juan Bellagamba en
cello y Noel Morroni en piano.
En Agosto del año pasado editaron su CD “Capullo de ANCUR en una noche de
mil nacientes” y lo presentaron en Buenos Aires y en el festival de
TangoVivo en Montevideo.
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