Foto "afanada" a la gente de "Fractura Expuesta" (http://www.fracturaexpuesta.com.ar)
La música popular es una buena oportunidad para plantear una
instancia de arte en colaboración. Es decir, un momento creativo que se nutre
del trabajo en equipo de los artistas, ya sean los intérpretes, los músicos o
de los poetas.
Hay a lo largo de la historia un conjuro que lleva a la
música a depender del tramado de las acciones de todos estos elementos. Siempre
con variaciones, por supuesto. Pero en general, un caudal importante de la
música popular presenta una fórmula grupal; la letra, la música, el intérprete.
Así tenemos entonces enormes duplas compositivas que se hacen icono en las
voces de algunos grupos o intérpretes, o de sus propios autores; Falú –
Dávalos, Leguizamón – Castilla, Lennon – McCartney, Ramírez – Luna, Piazzolla –
Ferrer, etc.
Además de la ya citada dupla Piazzolla – Ferrer; el tango
especialmente presenta sus propias duplas creadoras, esas conjunciones de
enormes talentos que han resultado una máquina disparadora de clásicos; Gardel
– Le Pera, Troilo – Manzi, Piana – Castillo, Mores – Contursi, Negro – Avena, Cadícamo – Cobián, entre
otros. Estas duplas han sido las bases de un género (al que amo y odio) que tiene algunos de los textos y de las
melodías más bellas y complejas que se han escrito en el siglo XX.
El Tango Nuevo, por su lado, en su proceso de construcción
de identidad también presenta algunas de esas duplas creativas. Una de esas
duplas es la que conforman Alejandro Szwarcman y Néstor Basurto.
Alejandro es un ya conocido letrista de la nueva camada.
Quizá no sea un error decir que es el más importante de los letristas
contemporáneos. Si bien su obra presentaba temas notables como “Nostalgia de Andenes”, “Milonga para un
varón” o “La última tentación de Gardel”, puede decirse que esta es una
etapa con ciertos cambios, donde el grado lírico es mayor, donde la complejidad
está en el punto justo del yeito popular, pero al mismo tiempo hay un manejo de
la palabra como una espada que al cortar deja solo belleza y calidad.
Por su lado, Néstor Basurto es una especie de superhombre
del renacimiento que domina las técnicas de la composición, los arreglos y la
dirección musical, que además posee un despliegue vocal perfecto y su increíble
dominio de la guitarra es poco menos que espeluznante.
La dupla tiene en su repertorio creativo una colección de
títulos que sin duda guardan el perfil de “nuevos clásicos”, no en vano han
pasado por las voces de Julia Zenko, Viviana Scarlassa, Noelia Moncada, Esteban
Riera, Sandra Luna, Jacqueline Sigaut, Daniel Maza, María Estela Monti, Mony
Lopez y Atilio Bertagni. Además de las ya registradas por el propio Néstor en
su disco “Recalada”.
Entre las canciones que Alejandro y Néstor han creado,
encontramos la frescura del vals peruano, la tristeza de la zamba, la garra del
tango, pero también el vals criollo, la chacarera y la milonga. A través de
esos ritmos podemos llegar a climas lírico-musicales que van desde el piropo,
el soliloquio, el recuerdo y la ternura.
Por ejemplo, en el tango “María
Sur”, tenemos la rabia dolorosa del amor perdido, donde el “yo lírico” muestra el desencanto y el
arrepentimiento, el dolor que viaja al Sur, y ese mismo sur como símbolo de
todo lo que se pierde:
El tiempo mata todo
aquello que fue amado
y el hombre mata lo
que el tiempo no mató.
No se si vuelvo a tu
panal adoquinado
como oyendo tu
llamado, por tu huella o tu perdón.
Se ve además la influencia de Oscar Wilde en los versos primeros
de la estrofa citada;
Y sin embargo, cada hombre mata lo que ama.
Que todos oigan esto:
unos lo hacen con mirada torva
otros con la palabra halagadora;
el cobarde lo hace con un beso,
con la espada el valiente.[1]
Por su lado, este tango posee una armonía de misterio y una
melodía cuyo ritmo acompaña la letra en un “tango, tango” apropiado para el
dolor y la rabia de lo perdido.
Encontramos también el tópico del tempus fugit, por ejemplo
en el vals “Madrigal de ausencias”, una
composición lírica y tierna, cuya letra presenta el recuerdo de lo que ha
pasado y lo inevitable del tiempo que todo lo lleva:
A veces en las lentas
madrugadas sin final,
cuando la aguja
diminuta y fatigosa del reloj
resuena en el silencio
como un eco circular
del tiempo que jamás
se detendrá…
Como decíamos antes, también aparece lo picaresco, lo tierno
y lo cotidiano bajo el conjuro de un piropo, en una acertada elección de Basurto
al convertir los versos de Szwarcman en un vals peruano:
Quisiera ser la gota
que moja tu mejilla
rozando suavemente la
piel de tu rubor.
Quisiera ser la llave
que te abre cada puerta,
cederte siempre el
paso, treparme a tu balcón.
Y hacerle un monumento
de orquídeas a tus piernas,
cantarte la más tierna
canción del corazón.
Quisiera ser el talle
que calza en tus ensueños...
No quiero ser tu
dueño, yo quiero ser tu amor.
Y quizá una de las más bellas creaciones del dúo sea la
canción “Alguien más que dice adiós”
donde se ve la riqueza de las imágenes líricas donde se nota la enorme técnica
de escritura de Alejandro en construcciones como:
Tal vez
querés decir “adiós”
y no sabés
que vas a no morir
sangrándote de mí…
O descripciones de un paisaje último donde se “oye el rumor que acecha en todo adiós”,
donde se puede decir, por ejemplo:
La luna está
llegando al espigón
donde encalló la sal
de tu mirada…
Todo esto acompañado de una inmejorable y delicada
composición de Néstor, la cual al ser escuchada pareciera ser la resurrección
de ese momento donde uno mismo se siente ese “alguien más” del adiós.
Algunas de las letras de Alejandro Szwarcman pueden ser
leídas en:
Algunas de las obras de Néstor Basurto y Alejandro
Szwarcman pueden ser oídas en:
1)
“Alguien más que dice Adiós”
2)
“Madrigal de ausencias”
3)
“Zamba para un final”
4)
“Nunca volverás”
[1] WILDE,
Oscar: “Balada de la cárcel de Reading”.
Traducción de E. Caracciolo Trejo en “Oscar Wilde, Poemas” -2oo1 -Ediciones Colección de poesía RÍO
NUEVO/XXVI
Barcelona, España
No hay comentarios:
Publicar un comentario