sábado, 25 de agosto de 2012

Una "carta en tango" para Roberto Díaz

Durante en frío que poblaba las calles en Julio del año 2009, tuve la suerte extraña de pasar un par de días junto al poeta Roberto Díaz. Hacía ya casi cuatro años que mantenías una fluida correspondencia entre mails, poemas, artículos. Cartas en las que Roberto tenía la enorme generosidad de guiarme con las palabras, sugerirme algunas ideas, corregir algunas de las imperfecciones que suelo cometer con la escritura.
Durante esos días pude robarle, además de libros, poemas y partituras, infinidad de anécdotas y consideraciones que me hicieron conocer a un tipo fenómeno y fascinante. Después de eso tuve el placer de componer cuatro canciones con letra suya y música mía.
El 16 de Agosto del 2011, el poeta Matías Mauricio que avisó que Roberto había fallecido. Lo cierto es que todavía lloramos al poeta, pero tuve la alegría de regalarle una "carta en tango" con música de Saúl Cosentino después de nuestro primer encuentro.


Carta en tango a Roberto Díaz

Música: Saúl Cosentino
Letra: José Arenas

Estoy parado al borde del olvido,
Mirándome las alas embarradas.
He peleado, como puedo, con el brillo
Del jazmín que busca el fuego en la mañana.

Pregunto a usted, poeta y compañero,
Por qué hay quien nos prohíbe repecharla
Si aún tenemos tangos en la tinta
Y no se ha marchitado la esperanza.

Por qué, con el rencor entre los dientes,
Hay quienes nos prohíben los poemas
Diciendo que son viejos estos sueños
Que nadan como un grito en las arterias.

No saben que nosotros como tantos,
Crecemos con la fe de rabia y cielo,
No ven que nos morimos sin el barrio
Que aplastan con palabras de cemento.

Nosotros que peleamos con cien fuegos
Prendidos en la sangre de los labios,
Tenemos quien nos tira a perdedores
Arriándonos al lado del fracaso.

Pregunto de ignorante, gran poeta,
A usted que tiene años en las alas,
Por que nos cuesta tanto el tango nuevo
Que hacemos con el sol de nuestras ganas.

Espero prontamente una esperanza
A modo de respuesta y me despido,
Pero antes aseguro sin dudarlo
Que nunca habitaremos el olvido,

Que somos por tangueros peleadores
Eternos caminante de la espera,
Si el tiempo desafía nuestros pasos
Seremos doctorados en quimeras.

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